El slime es un proyecto de bricolaje muy popular entre niños y adultos. Es barato y fácil de hacer, y es una gran manera de aliviar el estrés o mantener a los niños entretenidos. Además, es muy divertido jugar con él. Si eres nuevo en la fabricación de babas, no te preocupes: no es tan difícil. En este artículo te mostraremos cómo hacer slime en unos sencillos pasos.

Lo primero que necesitarás para hacer slime es algún tipo de pegamento. Puedes utilizar pegamento blanco, pegamento transparente o incluso pegamento con purpurina. Pero asegúrate de que sea un pegamento normal y corriente, nada de esos geles extravagantes. A continuación, necesitarás algún tipo de activador. Puede ser solución para lentes de contacto, bicarbonato de sodio o incluso solución salina. De nuevo, asegúrate de que sea simple y sencillo, sin aditivos extravagantes.

Una vez que tengas los ingredientes, es hora de empezar. Sólo tienes que mezclar el pegamento y el activador hasta obtener una consistencia similar a la de la baba. Si está demasiado líquida, añade más pegamento. Si está demasiado espeso, añade más activador. Cuando tengas la consistencia perfecta, ¡es hora de divertirse!

Hay infinitas formas de jugar con el slime. Puedes añadirle colorante alimentario para hacerlo de diferentes colores, mezclarlo con purpurina o confeti para conseguir un efecto brillante, o incluso añadir aceites perfumados para crear tu propio slime con aroma personalizado. Las posibilidades son realmente infinitas.

Cuando hayas terminado de jugar con tu slime, simplemente guárdalo en un recipiente hermético en la nevera. Te durará semanas y podrás sacarlo en cualquier momento que necesites una dosis de slime.